Sunday, April 26, 2009

Plop, Splat.

Hoy puse a hervir mi corazón. Lo puse en una olla con agua y le prendí fuego. Una vez que los ojitos empezaron a brincar lo eché y sonó: Plop.

No tengo mucha experiencia cocinando corazones. De hecho ni siquiera entiendo por qué lo hago. Pero por alguna razón pienso que es mejor que olvidarlo por meses en una caja de arena.

Mientras se cuece, volteo a ver mi cocina. Paredes blancas manchadas de fantasmas… deben ser los mejores condimentos para aquel músculo que estoy cocinando.

Tal vez sigue crudo, no me importa. Tal vez sea tiempo de jugar cadavre exquis sólo conmigo. Sólo con mi corazón a medio cocer. Lo rescato del agua, mientras mis manos tiemblan del calor no imaginado.

Sigue vivo… un nuevo platillo gourmet para mí.

Pongo en una taza el caldo insípido y lo bebo. Trago tras trago quema mi garganta. Después, cual bruja, me pongo a leer los remanentes… Figuras aladas. Complejidad geométrica que jamás entenderé, pues las matemáticas nunca han sido mi fuerte. Sonrisas, brazos y la tonta paranoia de que el mundo está hecho de espías encubiertos. La egoísta idea de que todos somos enemigos potenciales.

Hay cosas que no soporto.

Hay cosas que amo.

Pero no puedo dejar de comer.

Splat, suena cuando lo dejo caer sobre el plato. Me mira como jamás lo había hecho nadie. Lo pico con mi tenedor de cinco dedos y decido dejar caer los cubiertos al suelo. Es un acto muy primitivo como para utilizarlos.

Hundo mis dientes en él y no grita… mi corazón no grita.

Me lo comí entero y todavía tengo hambre.


No comments: